Después de varios días lloviendo en la isla balear, los rumores de cancelación sobrevolaban como un miedo invisible el concierto de la pasada noche. Afortunadamente tras una tarde despejada y mucho menos calurosa que en pleno verano, no había mejor panorama para ver a los londinenses Bloc Party.
Coincidiendo con la salida, más que reciente, de su cuarto álbum Four el pasado 20 de agosto, es más que un lujo poder pillarles fuera de sus compromisos de promoción.
Siguiendo a otros conciertos del festival, la tarde empezó con los DJs residentes James Cobb y Nicola Bear, con su clásico set de radiofórmula británica al que pocos hicieron mucho caso.
De nuevo con media hora de retraso, a las 9 y media de la noche los cantabrigenses Alt-J subieron al escenario. Más bien serios y con pinta de estudiantes de bachillerato, parecía mentira que tras aquellas cuatro adorables caritas adolescentes se escondiese uno de los claros hypes del año. Con una actitud más bien sobria, su música atrapó casi literalmente a los allí presentes. Cuántos años se supone que llevan estos chavales sobre un escenario? Parece mentira que su música, aparentemente solo apta para oídos sibaritas, cautivase a locales y hooligans de semejante manera. Además, se le añade un factor positivo y es el hecho de que cuando se tiene oportunidad de ver a una banda debut puedes dar por seguro que tocaran el álbum entero, cosas rara cuando las bandas llevan varios trabajos a la espalda.
A poco supo su primer álbum An Awesome Wave y nos quedamos todos con ganas de más.
Tras un rápido cambio en el escenario, y con la presencia en backstage de padres, esposas y novios, salieron Bloc Party animados, sonrientes y directos, como si el parón de casi dos años como banda nunca hubiese pasado: Kele Okereke cachísimas, Matt Tong únicamente vestido con una cadena de oro al cuello y unos shorts más cortos de lo que yo me haya atrevido nunca y unos demasiado serios Gordon Moakes y Russell Lissack. Tras el intento de carrera en solitario por parte de su líder y el culebrón que supuso su reunión, han apostado muchísimo en su nuevo álbum y con él y su primer single Octopus empezaron. Varios temas más de su nuevo trabajo hasta que llegaron los primeros acordes de Hunting for Witches y llegó la locura general entre el público. Así alternados con su nuevo trabajo fueron cayendo Helicopter, One more chance, The Prayer y finalmente Ares y Flux, para cerrar. Incluso antes de empezar con esta se atrevieron con una pequeña cover de We found love de Rihanna y Calvin Harris.
Con su ya conocida seriedad y poca interacción entre miembros y público, si no hubiese sido por Okereke solo su música sería digna de mención. Aunque si esta es la actitud con la que han y están triunfando, chapó por ellos.